viernes, 30 de mayo de 2014

Respeto y cuidado a la Madre Tierra

13lunas20 vidas retomamos tras un largo periodo el blog y los artículos de interés, en este tiempo de silencio hemos seguido investigando y dando pequeños pasos hacia una forma de vida coherente con lo más preciado que tenemos como humanos: la Madre Tierra. 
Y desde nuestra filosofía de autosuficiencia, respeto y aprendizaje; compartiremos con todos los que así lo deseéis artículos de un nuevo tesoro llegado a nuestras manos: El Botiquín de las Hadas de Clara Castellotti.

Sus conocimientos y puntos de vista serán interpretados con nuestro aprendizaje de modo que la fusión de ambos nos hará  a todos un poco más libres y sanos....

Millones de toneladas de detergentes acaban cada año en las aguas del mar; más de la mitad provienen de las coladas diarias; el resto de lavavajillas, champús, geles corporales etc. Aparte su impacto sobre las aguas, no hay que olvidar la toxicidad que estos productos ejercen sobre el hombre. Eso sin olvidar  los fitosanitarios con los que son tratados los cultivos, pesticidas, herbicidas y abonos químicos que inevitablemente llegan a la tierra, los ríos y los mares.
Por todas estas razones hemos de ser conscientes de que cada pequeño acto de forma individual es lo que nos hace fuertes en común. Uno, dos, tres no son significativos cien, mil, millones empieza a cambiar la historia...

Los  microbios y el ecosistema familiar

   El consumo de productos para la limpieza ha aumentado en pocos años en este cambio tienen vital importancia el bombardeo al que nos someten a través de los anuncios publicitarios en los que nos presentan un mundo dominado por microbios y gérmenes de los cuales tenemos que defendernos a toda costa.

Los microbios están presentes en todas partes y nosotros dependemos de ellos; están en el interior y en el exterior de nuestro cuerpo. La vida sería imposible sin ellos. Intervienen en los procesos bioquímicos reduciendo formas complejas a formas sencillas y permitiendo así que las sustancias sean asimiladas. Están presentes en el intestino y en el tubo digestivo facilitando la digestión y evitando putrefacciones. Nuestro organismo puede definirse como un perfecto ecosistema donde cohabitan microorganismos de todo tipo cuyo mutuo equilibrio asegura la armonía global.

La utilización de determinadas sustancias químicas para uso personal crea un desequilibrio bacteriano, porque a menudo se eliminan bacterias útiles y se favorece el crecimiento de las dañinas, que, al no encontrar la resistencia ofrecida por las primeras, pueden proliferar tranquilamente. Es un proceso similar al que sucede cuando tomamos antibióticos: junto a las bacterias patógenas son eliminados los microorganismos útiles (flora bacteriana..) justamente los que tendrían que ayudarnos a salir de la enfermedad.
Por suerte, nunca llegaremos a vences a estos numerosísimos enemigos, a pesar de todo el ímpetu que ponemos en la lucha.

Los productos de limpieza y sus peligros para la salud
Los productos ordinarios de limpieza, además de ser verdaderos concentrados componentes químicos, son mantenidos en total secreto por lo que concierne a las dosis de sustancias nocivas que contienen. Los escritos obligatorios del tipo “Atención pueden contaminar mares, ríos. No excederse en el uso” aparecen en letras microoscópicas, esperando así pasar desapercibidos para la mayoría de los ojos.


Cuando usamos estos productos, las sustancias químicas se depositan sobre las superficies tratadas (pavimentos, muebles, tejidos, ropa...) Los productos que se aplican pulverizados se quedan muchas horas en el aire en forma de gotitas minúsculas que se depositan sobre las personas, la ropa, los alimentos.

No es aconsejable dejar que un bebé juegue sobre un suelo limpio y desinfectado con tales productos.
Las manos y los pies son las áreas más absorbentes de nuestro cuerpo. Cuando lavamos los platos o la ropa con productos químicos, las sustancias químicas, además de penetrar en el organismo son inhaladas con la respiración. El agua caliente empleada al fregar dilata los poros facilitando dicha penetración. Los compuestos químicos entran rápidamente en la circulación sanguínea.

Un detergente puede contener hasta 30 ingredientes un verdadero cóctel químico , algunos de los componentes son:

-          Tensioactivos: son sustancias derivadas del petróleo y del carbón. No son fácilmente biodegradables, a menudo se acompañan de metales pesados muy tóxicos. Son causa de dermatitis y alergias. Se encuentran en polvos para la lavadora, detríficos, jabones, champús...

-          Fosfatos:  Sirven para solucionar la dureza del agua, porque ligan las sales entre sí. Son óptimos fertilizantes de las aguas de los mares y de los ríos. Gracias a ellos las algas crecen exageradamente, consumiendo mucho oxígeno; como consecuencia, los peces mueren y la vida de las aguas se extinguen. Se ha intentado sustituir los fosfatos con NTA, pero el remedio ha sido peor. Este último provoca serios riesgos para el hombre y el ambiente, sobre todo por su propiedad de convertir en solubles los metales pesados (plomo, cromo, hierro y cadmio) y provocar, como consecuencia, lesiones en el cerebro, el hígado y los riñones, cuando es ingerido a través del agua, por ejemplo.

-          Blanqueadores: Están contenidos en detergentes en polvo. Además de consumir las fibras y perjudicar al color, el boro en ellos contenido tiene un efecto tóxico sobre la flora marina.

-          Enzimas: Sirven para descomponer las proteínas (manchas de huevo, sangre, cacao...) Son muy peligrosos, provocan daños a los bronquios las vías respiratorias (cuando lo ponemos en la lavadora se levanta un polvo fino que inhalamos y que provoca picores en la piel y eritemas).

-          Azulantes ópticos: Son pigmentos azules que confieren a la ropa un efecto más blanco. Se depositan sobre los tejidos y son absorbidos por la piel, provocando daños que pueden llegar hasta el cáncer.

-          Sales vacías: Están presentes en la cantidad de 20-40% en los detergentes y hacen que parezcan económicos los grandes envases. Estos compuestos, como el sulfato de sodio, además de contaminar los ríos vuelven rígidos los tejidos, necesitándose así el empleo de más suavizante.

-          Suavizantes: Son usados en gran cantidad en el aclarado y toneladas de ellos llegan a las aguas de los ríos. Las partículas químicas de los suavizantes se depositan por millones sobre los tejidos y piel; el mismo efecto tienen sobre el cabello los bálsamos y acondicionadores.
La sutil película de suavizante que se adhiere a la ropa no permite que las fibras se absorban, con el resultado de que un tejido naturas pierde su capacidad de mantener seco el cuerpo. Bacterias y hongos proliferan entonces con consecuentes daños a la piel y el mismo tejido.

Limpieza en la cocina
Los lavavajillas líquidos contienen tensioactivos, enzimas, desinfectantes, conservantes y colorantes.
Para el efecto “brillo” tienen que adherir a la superficie una película que es muy difícil de eliminar.
El uso del lavavajillas nos condiciona a usar detergentes muy agresivos y el aclarado no siempre es completo.
Lavavajillas natural: En un tarro de cristal cerrado, mezclar una parte de arcilla y una de ceniza con infusión de romero o lavanda (hasta formar una pasta líquida). Añadir zumo de limón y unas gotas de aceite esencial de lavanda.

Nuestros  detergente están  elaborados con aceite de oliva virgen extra, agua destilada y sosa cáustica junto con una pizca de sal. Y diferentes aceites esenciales.

Se puede utilizar tanto para la lavadora como para el lavavajillas, de modo que evitamos todas estas sustancias químicas perjudiciales para nuestra salud y la salud de la Madre Tierra.

Añadiendo una cucharada de bicarbonato sódico conseguimos el tan vendido efecto "oxi action". Y unas simples gotas de cualquier aceite esencial nos "provoca" esa sensación de limpio al que nos hemos enganchado através de los productos industriales que nos meten por los ojos.
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