lunes, 6 de octubre de 2014

PLANTAS MEDICINALES

Plantas medicinales
Las familias
Las plantas medicinales se agrupan en familias; estas fueron catalogadas a partir de 1753 por Carl von Linné, naturalista sueco conocido en el mundo mediterráneo como Linneo.

Salvia
Así, la familia de las labiadas toma el nombre de la forma de las flores que recuerdan unos labios (romero, salvia, melisa etc) las plantas de esta familia son particularmente ricas en aceite esencial y destacan por si poder antiséptico (lavanda, tomillo...)
A las umbelíferas pertenecen plantas cuya flor recuerda un paraguas, como la angélica, el anís y el hinojo; son plantas en general estomacales y carminativas.
caléndula
La familia de las compuestas presenta una flor que parece compuesta de varias flores (manzanilla, caléndula, árnica, cardo) y se caracteriza por su alto contenido en principios amargos, lo que justifica el uso de muchas de ellas en los trastornos hepáticos y biliares.
La similitud entre las plantas pertenecientes a la familia de las malváceas se advierte principalmente en su química: no contienen alcaloide alguno por lo que son completamente inocuas y son ricas en mucílago, compuesto que determina sus virtudes emolientes y antiinflamatorias (malva, malvavisco...)
Las flores de las crudíferas tienen cuatro pétalos puestos en forma de cruz. La mayoría de las plantas que pertenecen a esta familia contienen azufre y vitamina C, por lo cual proporcionan un cierto poder antibiótico y antiescorbútico (col, rábano, mostaza...)
La amapola y la adormidera, así como la celidonia pertenecen a la familia de las papaveráceas; todas ellas producen alcaloides con efectos más o menos narcóticos.



La recolección
Recoger plantas medicinales tendría que constituir un verdadero ritual. Durante todo el tiempo hay que mantener una postura de agradecimiento hacia las plantas que vamos recogiendo, tratándolas con respeto y cariño.
Quien estudia y trabaja con plantas, poco a poco las ama.
Es importante no recoger nunca más de la cantidad que necesitamos; desnudar a la planta la debilita muchísimo provocando una segunda cosecha menos consistente.
Las mejores estaciones para recoger las partes aéreas de las plantas (hojas, flores) son en general la primavera y el verano, época de sus floraciones; es entonces cuando contienen el máximo de principios activos.
Las hojas se recolectan como norma en el momento más próximo a la floración, y las sumidades floridas, en el momento mismo de la floración, justo antes de que la corola esté completamente abierta; es este momento en el cual los pétalos contienen más principios activos.
La corteza se recolecta en primavera, antes de la floración, momento en el cual hay más savia circulando por las ramas y los tallos. Raíces, rizomas y tubérculos, en cambio, se recogerán en otoño.
Hay plantas como el romero, que florece a los largo de todo el años por lo cual la recolección no tendrá un momento preciso, aunque hay que prestar atención a que no haya llovido durante varios días.
En determinados casos hay que esperar años antes de poder recoger una planta. La genciana, por ejemplo, no empieza a dar flor hasta después de los 10 años de vida.
El clima del lugar donde vivimos nos tiene que guiar también, ya que adelanta o retrasa la época de floración.
El hipérico, por ejemplo, suele florecer a mitad de junio, en lugares especialmente soleados, en la montaña en cambio, está en flor hasta final de agosto.
Nunca se deben recoger las plantas después de que haya llovido, ni por la mañana temprano, cuando todavía las cubre el rocío. Hay que esperar días soleados y secos, y elegir las horas calientes del mediodía.
Por lo que concierne a las plantas ricas en esencias, es conveniente recogerlas a media mañana ya que el calor intenso del mediodía hace que se evapore parte de sus esencias.
No guardar nunca las hierbas recolectadas en bolsas de plástico, además de no permitir que las plantas reciban aire, conservan el calor y las hace sudar, con el riesgo de que se descompongan en pocas horas. Pueden utilizarse cuencos de barro, cestos de fondo plano o bien cajas de madera.
De vuelta a casa hay que proceder cuanto antes a las preparaciones que las plantas necesiten.


El secado
El objetivo del secado es extraer el agua de las plantas a fin de asegurar su conservación; debe empezarse cuanto antes después de la recolección.
Para que las plantas conserven sus principios activos, debemos ponerlas a secar en un lugar seco, ligeramente ventilado, donde no les pueda dar directamente la luz del sol.
La luz del sol directo no debe utilizarse como método de secado, su calor es demasiado rápido e intenso y puede modificar las características de las plantas.
Las hierbas se extenderán sobre una superficie de madera, sobre rejillas de metal, papel secante o cajas de cartón amplias, para permitir una justa separación entre ellas.
Durante las primeras 24h se removerán repetidas veces para asegurar un secado uniforme; los días siguientes será suficiente mezclarlas 1 o 2 veces. El estar bien extendidas hará que el secado sea más rápido y evitará que la humedad produzca moho.
Una planta seca no contiene más del 10% de humedad, y en ella los microorganismos no pueden reproducirse.
Una vez secas, las hierbas al manipularse se quiebran, ahí es el momento de proceder a guardarlas en tarros de cristal preferentemente con cierre hermético, eligiendo un lugar fresco y oscuro para almacenarlas.



miércoles, 9 de julio de 2014

Ecología y belleza

En el actual momento histórico, la palabra ecología toma una importancia particularmente destacada; no la podemos separar de la búsqueda de nuestro bienestar físico, ni tampoco de nuestra búsqueda espiritual. No podemos llamarnos “naturistas” o considerarnos “seres en camino espirituales” sin ser a la vez ecologistas. Los alimentos, las plantas, las medicinas, el agua, el aire  todos los elementos que han constituido las bases de la terapia natural, y a menudo de la comunión con Dios, están siendo seriamente comprometidos.
Hablar de naturopatías en el año 2014 es a la vez insistir en usar exclusivamente plantas y alimentos de procedencia biológica, rechazar en todo los que podamos los productos químicos y manipulados que participan en la progresiva destrucción del ambiente, aprender a respetar los elementos naturales, porque nuestra acción hoy condiciona su estado mañana.
Es necesario que la información que existe se extienda hasta concienciar a aquella gran parte de la humanidad que, como dormida, no se da cuenta de que nos ha sido confiado un planeta maravilloso y que estamos acabando con él.

Tener una conciencia ecológica en nuestro tiempo es también parte de nuestra búsqueda espiritual; no podemos mirar al cielo sin antes haber cuidado la tierra.

Tener una conciencia ecológica, significa “estar atentos”, actuar en todos los aspectos de la vida, hasta en los más aparentemente superfluos, con la certidumbre de        que estamos haciendo todo lo posible por salvaguardar este hogar para las generaciones que nos siguen.

Cosmética natural, cremas 13lunas20vidas
Hacia una cosmética consciente

   Tenemos que empezar a vernos como seres totales, no podemos alimentar nuestro estómago con alimentos ecológicos y biológicos y ponernos sobre la piel productos que pueden comprometes seriamente nuestra salud.

No deberíamos aplicar al exterior de nuestro organismo lo que no juzgamos apto para el interior.

Las bases de una cosmética natural son ingredientes naturales, prácticamente todos ellos de procedencia vegetal (raramente se utilizan pequeñas partes de minerales) como aceites vegetales de primera presión, oleomacerados, aceites esenciales, arcilla...etc
No se emplearán ni conservantes ni colorantes, ni tampoco perfumes de procedencia química.

Hay también otra realidad de estos productos que merece la pena nuestra mención. Prácticamente todos los productos que compramos en perfumerías, droguerías o farmacias han sido probados en animales por los menos una vez, durante el proceso de fabricación.
Si la etiqueta no indica lo contrario “No testado en animales”  el cosmético ha sido sometido a estos tipos de pruebas, llegándose a cobrar cada año millones de víctimas sacrificadas en nombre de la “BELLEZA”.

Las pruebas sobre animales suelen ser de tres tipos:

1.       Toxicidad: Esta prueba sirve para determinar la “dosis mortal”. Se alimenta a un grupo de animales con la sustancia sometida a ensayo (pintalabios, jabón etc) hasta que la mitad de ellos mueren.


2.       Irritación cutánea: Para determinar las reacciones negativas de la piel a una sustancia determinada, la piel de los animales es afeitada y se les aplican productos que la contienen (perfumes, desodorantes, cremas hidratantes, etc)


3.       Irritación ocular: Se vierten en las córneas de los animales gotas del producto en cuestión. Los conejos son usualmente las víctimas de estas pruebas ya que su córnea no puede eliminar la sustancia introducida, que suele ser champú, lacas para el pelo etc. Durante esta prueba, considerada de las más crueles, los animales deben permanecer en estado de plena consciencia y someterse a largos periodos de aplicación. 


Aparte de los ratones, conejos, monos, gatos y perros sacrificados para determinar reacciones alérgicas, no debemos olvidar otros animales como tortugas, visones, ballenas...víctimas inocentes de una cosmética sin conciencia.


La única forma de evitar el sacrificio de animales es rechazar la cosmética química dura y apoyar aquella natural que no necesita ni ingredientes animales ni experimentaciones con ellos.

Todos nuestras cremas están realizadas de una forma ecológica, sostenible, consciente y respetuosa. Puesto que todos son productos naturales los "test de calidad" en los que se sustenta la industria cosmética son inecesarios. Las pruebas de nuestras cremas, jabones y bálsamos las realizamos sobre nuestras pieles sin necesidad de maltratar a ningún animal, cobayas humanas.
 Crema Hidratante Noche:
- Aceite de oliva.
- Aceite de Almendras dulces.
- Cera de abejas, "virgen" sin procesar.
- Aloe Vera.
- Limón.
- Aceite esencial de Árbol de Té.
 Crema Regenerante   (Especial Manos y Pies):
- Aceite de oliva.
- Aceite de Girasol
- Aceite de Argán
- Cera de abejas "virgen"
- Aceite esencial de Palmarosa.
- Aceite esencial de Manzanilla.






Crema Hidratante Piel Mixta:
- Aceite de Oliva.
- Aceite de Girasol.
- Aceite de Coco.
- Cera de abejas "virgen"
- Aceite esencial de Violeta.
- Aceite esencial de Geranio.

viernes, 30 de mayo de 2014

Respeto y cuidado a la Madre Tierra

13lunas20 vidas retomamos tras un largo periodo el blog y los artículos de interés, en este tiempo de silencio hemos seguido investigando y dando pequeños pasos hacia una forma de vida coherente con lo más preciado que tenemos como humanos: la Madre Tierra. 
Y desde nuestra filosofía de autosuficiencia, respeto y aprendizaje; compartiremos con todos los que así lo deseéis artículos de un nuevo tesoro llegado a nuestras manos: El Botiquín de las Hadas de Clara Castellotti.

Sus conocimientos y puntos de vista serán interpretados con nuestro aprendizaje de modo que la fusión de ambos nos hará  a todos un poco más libres y sanos....

Millones de toneladas de detergentes acaban cada año en las aguas del mar; más de la mitad provienen de las coladas diarias; el resto de lavavajillas, champús, geles corporales etc. Aparte su impacto sobre las aguas, no hay que olvidar la toxicidad que estos productos ejercen sobre el hombre. Eso sin olvidar  los fitosanitarios con los que son tratados los cultivos, pesticidas, herbicidas y abonos químicos que inevitablemente llegan a la tierra, los ríos y los mares.
Por todas estas razones hemos de ser conscientes de que cada pequeño acto de forma individual es lo que nos hace fuertes en común. Uno, dos, tres no son significativos cien, mil, millones empieza a cambiar la historia...

Los  microbios y el ecosistema familiar

   El consumo de productos para la limpieza ha aumentado en pocos años en este cambio tienen vital importancia el bombardeo al que nos someten a través de los anuncios publicitarios en los que nos presentan un mundo dominado por microbios y gérmenes de los cuales tenemos que defendernos a toda costa.

Los microbios están presentes en todas partes y nosotros dependemos de ellos; están en el interior y en el exterior de nuestro cuerpo. La vida sería imposible sin ellos. Intervienen en los procesos bioquímicos reduciendo formas complejas a formas sencillas y permitiendo así que las sustancias sean asimiladas. Están presentes en el intestino y en el tubo digestivo facilitando la digestión y evitando putrefacciones. Nuestro organismo puede definirse como un perfecto ecosistema donde cohabitan microorganismos de todo tipo cuyo mutuo equilibrio asegura la armonía global.

La utilización de determinadas sustancias químicas para uso personal crea un desequilibrio bacteriano, porque a menudo se eliminan bacterias útiles y se favorece el crecimiento de las dañinas, que, al no encontrar la resistencia ofrecida por las primeras, pueden proliferar tranquilamente. Es un proceso similar al que sucede cuando tomamos antibióticos: junto a las bacterias patógenas son eliminados los microorganismos útiles (flora bacteriana..) justamente los que tendrían que ayudarnos a salir de la enfermedad.
Por suerte, nunca llegaremos a vences a estos numerosísimos enemigos, a pesar de todo el ímpetu que ponemos en la lucha.

Los productos de limpieza y sus peligros para la salud
Los productos ordinarios de limpieza, además de ser verdaderos concentrados componentes químicos, son mantenidos en total secreto por lo que concierne a las dosis de sustancias nocivas que contienen. Los escritos obligatorios del tipo “Atención pueden contaminar mares, ríos. No excederse en el uso” aparecen en letras microoscópicas, esperando así pasar desapercibidos para la mayoría de los ojos.


Cuando usamos estos productos, las sustancias químicas se depositan sobre las superficies tratadas (pavimentos, muebles, tejidos, ropa...) Los productos que se aplican pulverizados se quedan muchas horas en el aire en forma de gotitas minúsculas que se depositan sobre las personas, la ropa, los alimentos.

No es aconsejable dejar que un bebé juegue sobre un suelo limpio y desinfectado con tales productos.
Las manos y los pies son las áreas más absorbentes de nuestro cuerpo. Cuando lavamos los platos o la ropa con productos químicos, las sustancias químicas, además de penetrar en el organismo son inhaladas con la respiración. El agua caliente empleada al fregar dilata los poros facilitando dicha penetración. Los compuestos químicos entran rápidamente en la circulación sanguínea.

Un detergente puede contener hasta 30 ingredientes un verdadero cóctel químico , algunos de los componentes son:

-          Tensioactivos: son sustancias derivadas del petróleo y del carbón. No son fácilmente biodegradables, a menudo se acompañan de metales pesados muy tóxicos. Son causa de dermatitis y alergias. Se encuentran en polvos para la lavadora, detríficos, jabones, champús...

-          Fosfatos:  Sirven para solucionar la dureza del agua, porque ligan las sales entre sí. Son óptimos fertilizantes de las aguas de los mares y de los ríos. Gracias a ellos las algas crecen exageradamente, consumiendo mucho oxígeno; como consecuencia, los peces mueren y la vida de las aguas se extinguen. Se ha intentado sustituir los fosfatos con NTA, pero el remedio ha sido peor. Este último provoca serios riesgos para el hombre y el ambiente, sobre todo por su propiedad de convertir en solubles los metales pesados (plomo, cromo, hierro y cadmio) y provocar, como consecuencia, lesiones en el cerebro, el hígado y los riñones, cuando es ingerido a través del agua, por ejemplo.

-          Blanqueadores: Están contenidos en detergentes en polvo. Además de consumir las fibras y perjudicar al color, el boro en ellos contenido tiene un efecto tóxico sobre la flora marina.

-          Enzimas: Sirven para descomponer las proteínas (manchas de huevo, sangre, cacao...) Son muy peligrosos, provocan daños a los bronquios las vías respiratorias (cuando lo ponemos en la lavadora se levanta un polvo fino que inhalamos y que provoca picores en la piel y eritemas).

-          Azulantes ópticos: Son pigmentos azules que confieren a la ropa un efecto más blanco. Se depositan sobre los tejidos y son absorbidos por la piel, provocando daños que pueden llegar hasta el cáncer.

-          Sales vacías: Están presentes en la cantidad de 20-40% en los detergentes y hacen que parezcan económicos los grandes envases. Estos compuestos, como el sulfato de sodio, además de contaminar los ríos vuelven rígidos los tejidos, necesitándose así el empleo de más suavizante.

-          Suavizantes: Son usados en gran cantidad en el aclarado y toneladas de ellos llegan a las aguas de los ríos. Las partículas químicas de los suavizantes se depositan por millones sobre los tejidos y piel; el mismo efecto tienen sobre el cabello los bálsamos y acondicionadores.
La sutil película de suavizante que se adhiere a la ropa no permite que las fibras se absorban, con el resultado de que un tejido naturas pierde su capacidad de mantener seco el cuerpo. Bacterias y hongos proliferan entonces con consecuentes daños a la piel y el mismo tejido.

Limpieza en la cocina
Los lavavajillas líquidos contienen tensioactivos, enzimas, desinfectantes, conservantes y colorantes.
Para el efecto “brillo” tienen que adherir a la superficie una película que es muy difícil de eliminar.
El uso del lavavajillas nos condiciona a usar detergentes muy agresivos y el aclarado no siempre es completo.
Lavavajillas natural: En un tarro de cristal cerrado, mezclar una parte de arcilla y una de ceniza con infusión de romero o lavanda (hasta formar una pasta líquida). Añadir zumo de limón y unas gotas de aceite esencial de lavanda.

Nuestros  detergente están  elaborados con aceite de oliva virgen extra, agua destilada y sosa cáustica junto con una pizca de sal. Y diferentes aceites esenciales.

Se puede utilizar tanto para la lavadora como para el lavavajillas, de modo que evitamos todas estas sustancias químicas perjudiciales para nuestra salud y la salud de la Madre Tierra.

Añadiendo una cucharada de bicarbonato sódico conseguimos el tan vendido efecto "oxi action". Y unas simples gotas de cualquier aceite esencial nos "provoca" esa sensación de limpio al que nos hemos enganchado através de los productos industriales que nos meten por los ojos.
Detergente 13lunas20vidas